Desde que en 2002 Hal Varian, una de las mentes más prodigiosas de Google, dijese aquello de que: “recopilar datos, comprenderlos, procesarlos, extraer su valor, visualizarlos y comunicarlos será lo más importante en las próximas décadas”, la carrera por el llamado Big Data no ha hecho más que completar etapas y está cerca de formar parte casi de todo lo que compone nuestras vidas.
Desde la economía hasta el deporte, desde la ciencia hasta la cultura. Todo en nuestra sociedad ya guarda algún tipo de vínculo con la recogida de datos y la toma de decisiones en tiempo real basada en recomendaciones de algoritmos que trabajan a tiempo completo sobre cada materia.
El Big Data español, en la cresta de la ola
Los ejemplos se acumulan sobre de la mesa. Administraciones públicas tan importantes como la Comunidad de Madrid lideran proyectos ambiciosos como CitizenLab que, dotado con una inversión de 8 millones de euros, pretende resolver retos sectoriales que mejoren los servicios públicos al ciudadano. Esta iniciativa se impulsa buscando nuevos modelos de negocio con la población, así como inversión en I+D que potencie beneficios económicos. Su funcionamiento vendrá determinado por los datos que vayan aportando cuatro sectores clave: automoción, turismo, sanidad e infraestructuras. A partir de su análisis, se desarrollarán modelos predictivos que aporten soluciones.
Otro caso muy destacado: Carto. Seguramente el caso de mayor éxito y proyección internacional en nuestro país en relación al trabajo con los datos. Carto es una plataforma de computación en la nube que permite mediante filtrado y análisis de datos la toma de decisiones de sus clientes en tiempo real.
Pero no es la única. Ese camino también lo están recorriendo otras firmas españolas como Epinium Analytics, una startup que aprovecha la IA y el Big Data para analizar anomalías del mercado y poder así ofrecer recomendaciones de forma activa, algo que han valorado de forma positiva firmas como P&G, Acer o Phillips al impulsar sus ventas en Amazon.
Lo que el Big Data aporta a los diferentes sectores
El sector sanitario, un sector donde el I+D se prioriza al máximo, no podía dejar de lado las magníficas posibilidades que le ofrece esta herramienta. Un estudio firmado por EIT Health explica la utilidad del empleo de los datos para conseguir tratamientos mucho más personalizados a los pacientes con algún tipo de enfermedad crónica. La ecuación se resuelve por sí sola: el tratamiento es mejor, se optimizan los recursos y se genera e invierte dinero en otras partidas donde también es necesario.
El deporte también saca partido de las ventajas de esta forma de proceder en la gestión. Desde aquella novedosa experiencia en el beisbol norteamericano reflejada en la película Moneyball, donde un manager deportivo configura una plantilla de jugadores en función de los datos y las estadísticas de las que dispone y logra desde distintos éxitos en el campeonato hasta la prevención de lesiones, pasando por la configuración de los calendarios de partidos,… el Big Data está presente en el deporte.
Los directivos en España lo tienen claro. Según un estudio de NewVantage Partners, el 88% de los encuestados considera prioritaria la inversión en este departamento y un porcentaje similar (81%) tiene el convencimiento de que existe un nuevo enfoque data-driven.
Estas conclusiones sobre Big Data seguirán siendo apabullantes y, con más de un mega y medio por segundo de datos generados en todo el mundo, su avance es imparable. Los gigas ya se quedan pequeños y es necesario manejar otras medidas como los zetabytes (Informe Global DataSphere).
Según la Comisión Europea, los indicadores reflejarán la realidad al alza de una herramienta, el Big Data, que demandará más trabajadores especializados, involucrará a más empresas y generará más beneficios. Es el futuro. Y ya está aquí.